Un equipo científico ha descubierto los restos óseos de la mayor rata conocida hasta la fecha, era más grande que un gato doméstico y habitó en las hoy extintas selvas de Timor Oriental hasta hace unos mil años.
Los restos óseos de la
mayor rata conocida hasta ahora han sido hallados en
Timor Oriental. Su bien conservado esqueleto, desenterrado recientemente en una cueva del pequeño país del Sudeste Asiático, indica que este robusto roedor ofrecía un aspecto muy similar al de la rata común, sólo que unas 40 veces más pesado.

"Se trata de un
descubrimiento muy importante en términos de biodiversidad y conservación", subraya a Efe el biólogo Ken Aplin, responsable de la expedición y miembro de la agencia científica estatal australiana, CSIRO.
El experto destaca que el Sudeste Asiático se ha caracterizado históricamente por una
gran diversidad de roedores, entre los que destacaban algunos de gran tamaño, pero la mayoría ha desaparecido por la acción del hombre.
En este sentido, Aplin señala que junto a la rata gigante
extinguida, de unos seis kilos, se han encontrado en la misma excavación huesos de otras trece especies de roedores, de las cuales once no habían sido clasificadas previamente y tan sólo una, la de menor tamaño, aún no ha desaparecido. Además, según sus investigaciones, ocho de estas nuevas especies de animales pesaban más de un kilo, aproximándose a las medidas de la mayor rata viva, un roedor que habita en los bosques húmedos de Filipinas, Indonesia y Papúa Nueva Guinea y alcanza los dos kilos de peso.
El equipo científico considera que la extinción de estas ratas gigantes está ligada a la enorme
deforestación que ha sufrido en el último milenio el territorio que ahora pertenece a Timor Oriental. "El ser humano ha vivido en la isla de Timor desde hace más de cuarenta mil y desde siempre ha comido ratas, pero no tenemos ninguna evidencia de que la caza esté relacionada con su extinción", explica Aplin. A su juicio, hombres y animales convivían en Timor de forma sostenible hasta hace unos dos mil años, cuando se comenzó a abrir bosque de forma sistemática para usos agrícolas.
Para el jefe del equipo científico, este hallazgo debe ser un llamamiento internacional para frenar la
tala de las selvas de esta región del mundo y fomentar a su vez el estudio de la gran cantidad de especies de plantas y animales que aún no han sido clasificadas por el hombre. "La biodiversidad es extremadamente rica en esa región y está muy pobremente documentada. Queremos llamar la atención internacional sobre la necesidad de realizar programas de conservación aquí", afirma Aplin.
Timor Oriental pertenece a la
Wallacea, un conjunto de islas extremadamente interesante para los biólogos por sus especies endémicas, ya que en ellas coincidieron los mamíferos asiáticos con los marsupiales australianos.