Crítica de cine
[i]Salt[/i]: un arma letal llamada Angelina Jolie
domingo 22 de agosto de 2010, 12:15h
Salt es el apellido de Evelyn, la guapísima agente de la CIA protagonista del último film del director Phillip Noyce, a quien da vida Angelina Jolie con toda una demostración de que eso del sexo débil hace mucho tiempo que pasó a la historia.
En Salt, clásica cinta de intriga y acción centrada en el mundo de los servicios de inteligencia, las persecuciones al límite, los tiroteos y las luchas cuerpo a cuerpo ocupan la mayor parte del metraje. También está presente desde el principio la característica intriga de no saber muy bien quién es el bueno y quién el malo, el agente leal que lucha por su país o el topo infiltrado que lleva años esperando la oportunidad de llevar a cabo la misión para la que fue adiestrado. La sombra de la sospecha se cierne sobre todos en un mundo en el que nadie se fía de nadie porque en ello le va la vida y la seguridad de aquellos a los que protege.
Y de todo esto, en realidad, el único protagonista es el personaje interpretado por Angelina Jolie, a quien el papel le encaja a la perfección y no sólo por esa mirada fría que consigue despistar al espectador más concentrado. Sus escenas de acción, en las que insistió, para desesperación del director, intervenir personalmente sin la ayuda de dobles o especialistas, demuestran que la carismática actriz está verdaderamente dotada para enfrentarse físicamente a retos que incluso para fornidos machos parecerían imposibles. Lo cierto es que su personaje en la película, una agente de la CIA acusada por un desertor ruso de ser una espía encubierta del antiguo KGB adiestrada desde la cuna para asesinar sin piedad y cumplir sus objetivos, estaba pensado para Tom Cruise. Sin embargo, al actor no acabó por convencerle el proyecto y, un año después, el guión le llegó a una Angelina que llevaba una temporada de parón laboral dedicada a ocuparse de su numerosa familia. Y el reto, después de tanta inactividad, le gustó.
El resultado es bastante bueno, como se podía esperar de una cinta dirigida por todo un especialista en el género de espías y que ya había demostrado su buen hacer con otros títulos como Juego de patriotas o Peligro inminente. A Noyce ya se le considera todo un experto en esto de las historias de espías, seguramente muy marcado por el pasado de su padre, un espía durante la II Guerra Mundial. De modo que Salt gustará, sin duda, a los aficionados a este género encabezado por James Bond, con una particularidad muy de agradecer: el director australiano también famoso por thriller El coleccionista de huesos, ha apostado en esta cinta por la ausencia de aparatosos efectos de imágenes generadas por ordenador, lo que permite al filme resultar mucho más auténtico y natural. Son más bien el resto de los componentes del reparto los que restan credibilidad a la historia con su pobre interpretación. A excepción de Liev Schreiber, que da vida al compañero de Salt en la CIA, los demás personajes empobrecen la cinta, especialmente en el caso de August Diehl, el actor alemán que interpreta al marido de Salt, incapaz de transmitir la química y la fuerza necesarias en un hombre casado con tan peculiar y portentosa mujer.