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Maestro Ozawa, director convaleciente en Nueva York

Hidehito Higashitani
lunes 20 de diciembre de 2010, 15:10h
Me encuentro estos días en la ciudad de Nueva York por motivos profesionales y tuve la suerte en la semana pasada, aunque fuera del ámbito profesional mío y aprovechando mi estancia en este centro metropolitano de variadas demostraciones de arte de primera clase, de asistir a los conciertos ofrecidos en Carnegie Hall de la orquesta sinfónica de Saito Kinen por dos noches consecutivas. Digo ¨suerte¨, porque entre los días 14 y 15 el conocido y veterano maestro Seiji Ozawa de 75 años iba a realizar su primera y esperada aparición ante nosotros después de cerca de un año de retiro post-operatorio obligado por su cáncer de esófago descubierto en un reconocimiento médico general a finales del año pasado. Ozawa dirigió el primer día la primera sinfonía de Brahms y al día siguiente la sinfonía fantástica de Berlioz, su obra favorita, y a pesar de la silla puesta en el mismo podio en consideración a sus condiciones físicas debilitadas por la enfermedad con 15 kilos de menos, nos ha demostrado la energía y técnica de siempre para terminar con una gran ¨standing ovation¨ del público neoyorquino.

El concierto forma parte del Festival de Arte Japonés (Japan NYC) que se está desarrollando actualmente en Nueva York con el maestro Ozawa como director artístico y con las actuaciones del teatro Noh, películas japonesas, arte pop y manga, aparte por supuesto de las múltiples actividades musicales de distintos géneros.

En el periódico New York Times, ya al día siguiente de la actuación de Ozawa, ha aparecido un comentario laudatorio y favorable del crítico Anthony Tommasini con respecto a estos dos conciertos con el título de ¨Leader and Players, Deeply Bound¨ (Director e intérpretes, profundamente ligados¨) enfatizando la estrecha unión y confianza que existe entre el director Ozawa y los miembros de la orquesta, y sobre todo elogiando la maravillosa actuación y técnica de la sección de cuerdas que ha caracterzado siempre esta orquesta.

Es lógico, porque la orquesta sinfónica de Saito Kinen (que literalmente significa en japonés ¨orquesta en homenaje al Prof. Saito¨) fue formada en 1984 con la inciativa de Ozawa por los discípulos de Saito, -entre ellos se encuentra por supuesto el nombre de Ozawa-, repartidos por el mundo entero en distintas orquestas de renombre, para conmemorar y dar muestras de agradecimiento al gran educador japonés de música clásica Hideo Saito (1902 -1974) que había ejercido una gran labor y influencia en los jóvenes aprendices de la música clásca allá por los años 50 y 60.

Esa unidad entre los intérpretes y la hermosura de las cuerdas de que habla el crítico neoyorquino se demostró, a mi modo de ver, sobre todo en el cuarto movimiento de la primera sinfonía de Brahmus cuando se rompe de repente el ambiente oscuro de las sonoridades graves, típicas del compositor, para introducir los instrumentos de viento simulando la melodía con ritimo potente y pausado del cuerno de pastores alpinos y luego para ser suavizada por el tono claro y acogedor, e incluso hasta sensual del conocido tema ligero y melódico interpretado por la sección de cuerdas.

Para mí esta serie de conciertos dirigidos por el maestro Ozawa ha sido un motivo de gran alegría, como modesto amante de la música clásica y como compatriota del veterano maestro, poder comprobar con mis propios ojos estos días en Carnegie Hall que Ozawa sigue contando con el apoyo incondicional del público norteamericano a pesar de su edad avanzada y del hueco producido por la enfermedad. No en vano ostenta su maravilloso curriculum como el décimo tercer director musical de la prestigiosa orquesta sinfónica de la Boston Symphony Orchestra por 29 años largos (1973-2002), aparte de su dirección en la Orquesta sinfónica de Toronto (1965-1970) y en la de San Francisco (1969-1976).

Hidehito Higashitani

Catedrático de la Dokkyo University

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