Terminaron los actos centrales del 21-D y los Comités de Defensa de la República se han llevado casi todo el protagonismo este viernes en Barcelona tras sus enfrentamientos con los Mossos d'Esquadra. Es destacable que, a pesar de todo, no han podido impedir que se celebrara con normalidad la reunión del Consejo de Ministros en la Lonja del Mar.
Este Consejo, que con tanto mimo planeó el presidente del Gobierno para "apaciguar" los ánimos del secesionismo catalán, parece haber generado el efecto contrario: carreteras cortadas, neumáticos ardiendo, turbas enfervorecidas, agresiones, huevos, pintura, petardos, piedras... Esa es la respuesta del independentismo al acercamiento -literal y figurado- de Pedro Sánchez.
La política de "gestos" de Sánchez parece haber encontrado la horma de su zapato en el separatismo catalán, cuyo avanzado nivel de radicalización no admite ya nada que no pase 'sí o sí' por el referéndum. Decisiones como anular el juicio a Companys o llamar 'Tarradellas' al aeropuerto de El Prat no han calmado en ningún caso las pretensiones secesionistas.
Pero los 86 diputados del PSOE pesan muy poco. La imposibilidad de aprobar los presupuestos sin el apoyo del independentismo -al que le debe su cargo- obliga a Sánchez a "dialogar", a acercarse a la Generalidad y postrarse a los pies del president Torra, la única persona que puede sellarle su 'vale por otro año en La Moncloa'.
Por suerte para el jefe del Ejecutivo, su homólogo de la Generalidad no se encuentra en una situación mucho mejor, acuciado por los lobos a los que durante tanto tiempo amamantó y asediado por un constitucionalismo, más organizado que nunca, que le planta cara sin pestañear. La relación de Sánchez y Torra surge de la necesidad, y de la debilidad...
Este jueves, Torra -ese que llamaba "hienas" o "víboras" a los españoles y animaba a "apretar más a los radicales"- obtuvo su primera victoria en la reunión de Pedralbes. Se situó por encima de su cargo y se presentó a la misma altura que el presidente de España: "De gobierno a gobierno". Una escenificación a la altura del mismísimo Puigdemont. Pero su mayor logro llegó con la breve pero intensa declaración conjunta en la que ambos "gobiernos" se comprometían a "garantizar una solución dialogada al conflicto", todo ello sin una mínima referencia a la Constitución.
Hoy viernes, mientras Sánchez desayunaba con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, con la que ha pasado más tiempo que con Torra -casi hora y media-, los radicales separatistas de los CDR, Arran y demás, comenzaban a cortar carreteras. En su pico máximo han llegado a bloquear unas 50.
A primera hora grupos de independentistas han cortado más de una veintena de carreteras, las rondas de Barcelona y los principales accesos a la capital catalana, en protesta por la celebración. A media mañana, en la AP-7, a su paso por L'Ampolla, los radicales han rociado con gasolina las barreras, formadas en su mayor parte por neumáticos, lo que ha generado unas voluminosas columnas de humo.
Pero los incidentes más graves han tenido lugar en Barcelona, donde una turba de radicales, que se ha organizado en "tres columnas" ha tratado de llegar hasta La Llotja de Mar, donde se celebraba el Consejo de Ministros, para tomarla al asalto. Por suerte, las excepcionales medidas de seguridad y los amplísimos cordones policiales -con miles de policías de hasta tres cuerpos sobre el terreno- han obrado su efecto y los antidisturbios han conseguido repeler a la masa.
En otros lugares la cosa no ha ido tan bien. 77 personas han resultado heridas de diversa consideración aunque ninguna de gravedad, entre ellas 35 agentes de los Mossos d'Esquadra, en los incidentes por las protestas de los Comités de Defensa de la República.
Entre estas personas se encuentra el reportero Cake Minuesa, quien ha sufrido una brutal agresión que le ha dejado la nariz sangrando.
Los disturbios y las cargas se han generalizado por toda Barcelona. En la avenida Drassanes, los Mossos han detenido a manifestantes por su presunta relación con los altercados ocurridos frente al cordón policial, donde grupos de encapuchados han arrojado piedras y otros objetos contra los agentes, según el Departamento de Interior. Antes, los Mossos habían detenido a una persona que ha intentado saltarse un cordón policial y que llevaba material para preparar un cóctel molotov, según han informado a Efe fuentes policiales.
En Vía Laietana, miembros de los CDR encapuchados se han llegado a enfrentar a empujones con manifestantes independentistas que van a cara descubierta y que tratan de impedir que salten el cordón policial establecido por los Mossos, que han avanzado sus posiciones hasta las vallas que protegían los manifestantes a cara descubierta, que se han visto sobrepasados por la situación, por lo que la distancia entre los encapuchados y los policías es mínima. Una situación parecida se ha producido en Pla de Palau con Pau Vila, otro de los puntos de concentración de los grupos independentista.
Ya por la tarde, la manifestación unitaria soberanista, con cerca de 40.000 asistentes según la Guardia Urbana, ha transcurrido con tranquilidad.
En total, los Mossos han detenido a 13 personas en los disturbios de los CDR, diez de ellos en Barcelona y otros tres en el corte de la autopista AP-7 en l'Ampolla (Tarragona). Siete de los detenidos han sido arrestados por los incidentes en Drassanes, y otro a primera hora al intentar saltar el cordón policial en Via Laietana con material para elaborar un artefacto incendiario.
Al tiempo, Òmnium Cultural ha celebrado un Consejo Popular de Ministros, alternativo al del Gobierno central, con asistencia de representantes políticos y de entidades sociales, y en el que el vicepresidente de la entidad convocante, Marcel Mauri, ha advertido a Sánchez de que hay una "mayoría social" a favor de un referéndum en Cataluña: "Usted tiene un problema y se llama 80%".
La portavoz del Govern, Elsa Artadi, ha destacado que la "inmensa mayoría" de las protestas han sido cívicas y ha condenado los actos violentos que se han producido "en algunos momentos" de la mañana, en los que se han visto involucrados encapuchados, pero, para restar culpas, no ha descartado que puedan ser infiltrados.
La desvergüenza de este gobierno "okupa" sin que le votaran los españoles, fruto de una moción de odio, que no de censura constructiva, ayer daba asco verlos del hotel a la lonja del mar andando, sin una sola persona en un kilómetro a la redonda como si fuera verdadera la tranquilidad, mientras que el ejército de alienados de Torra cometía tropelías como la inflingida a Cake Minuesa que además de tumbarlo, romperle la nariz, decirle que estaba preparado, y que la sangre era Ketchup, no se como estos malos gobernantes tienen cuajo y van a volver en Enero. ¡elecciones Generales, ya¡.
En plena guerrilla callejera, las ratas abandonan el barco de la llotja de mar. Dejan tirados a su suerte a la tripulación y al pasaje en pleno naufragio. Una vez más se han cubierto de gloria. Las elecciones deben ser ya. O echamos democráticamente a esta pandilla de la familia de las gallináceas insípidas o a España no la va a conocer ni la madre que la parió. A “juir”, ministrillos. Y ministrillas. Cuanto antes, váyanse a la jodida calle. Vd. Sánchez, presidente figurín, a Waterloo.
Esta banda de la fotografía ha llegado a pasar todas las rayas rojas posibles, y lo de Barcelona ha sido el culmen, mientras iban tan felices a soltar sus peroratas y blanquear al asesino Companys por las desiertas calles de Barcelona que estaban neutralizadas para que se pasearan como si no ocurriera nada y dos manzanas más allá unos espectáculos impresionantes, como el puñetazo que tira al periodista Coke Minuesa que además de romperle la nariz lo tiró al suelo, es una ignominia, hoy miles de barceloneses afectados por su exhibición impúdica los habrán maldecido. ¿como este pobre país ha podido caer tan bajo con estos desvergonzados?
¿Batalla campal? ¿Dónde habéis visto eso?
Yo no lo he visto, no sé, tendré que ir al oftalmólogo
Manipuladores.
Sé que no váis a publicarlo. Acostumbraba a leeros pero ya nunca más.
El correo electrónico es temportal, no os molestéis en contestar.
Fdo.: un madrileño viviendo en Cataluña.