denunciar frente al miedo
En los últimos años se han multiplicado los casos de ocupación ilegal de viviendas deshabitadas. La crisis económica ha empujado a cientos de personas a colarse en inmuebles que están pendientes de derribo o de adjudicación. En ocasiones la ocupación es pacífica y trata de pasar desapercibida, pero a veces los “intrusos” rompen o cambian la cerradura, provocan daños en la vivienda y reaccionan violentamente ante la presión vecinal y policial. El Imparcial ha analizado las opciones que tiene un vecindario ante los “visitantes” que pueden llegar a permanecer meses en su hogar provisional.