conferencia de Maximiliano Fernández
Larra no se suicidó por amor ni por los problemas con la censura, ni siquiera por la lentitud de las reformas en España, sino que se quitó la vida porque no pudo soportar las críticas de los periódicos y de los políticos de su época, tras participar en las elecciones de 1836 con el partido moderado, a pesar de haberse declarado progresista y ajeno a la política.