el chivato
Resulta que con la tan manida “crisis que no es crisis” nadie arriesgaba un cuarto por el teatro. Dicen que cuando el dinero escasea, el ocio cultural se resiente. Pero… ¡Oh paradoja! El teatro, ese enfermo de crisis crónica desde sus primeros soplos chinos o griegos, no sufre la crisis esa. Desde que comenzó la prometedora temporada actual, muchos teatros madrileños completan a diario sus necesitados aforos. Apenas se diferencia la recaudación de últimos de mes, cuando todos esperamos el día de “Santa Págueda”, con los alegres días del dinero recién cosechado; ese que pensamos que no se acabará nunca.